Comerciantes en Jaque en Venezuela: Cobrar a Dólar Paralelo Ahora es un Crimen de Estado

Más que una brecha cambiaria, una fosa para emprendedores

Comerciantes en Jaque en Venezuela:
Cobrar a Dólar Paralelo Ahora es un Crimen de Estado

Junio 8, 2025

Los negocios independientes en Venezuela viven un nuevo capítulo de asedio que ya pasó de ser simbólico a convertirse en una violenta realidad. Lo que antes era una herramienta económica ahora es una trampa legal: cobrar al dólar paralelo puede llevarte directo a la cárcel.

El plan del régimen

El régimen decretó que todo producto debe venderse al tipo de cambio oficial del BCV. Quien se atreva a usar la tasa real del mercado paralelo  (con un alto diferencial del 38–40%) es acusado de terrorismo económico, legitimación de capitales y fraude financiero.

En la práctica, esto significa que el comerciante compra en paralelo, vende al oficial, pierde casi la mitad. Y si lo hacen una vez… lo detienen.

La excusa perfecta para castigar al que no se arrodilla

Ya se han reportado múltiples detenciones en Caracas, Valencia y Maracaibo. Estas personas fueron acusadas de “atentar contra la economía” por fijar precios en base al dólar paralelo. La represión no distingue tamaño ni rubro: desde vendedores ambulantes hasta comerciantes medianos están siendo castigados por intentar sobrevivir en una economía donde el bolívar es una ficción y el dólar oficial, una trampa.

¿Por qué se usa el dólar en Venezuela?

El bolívar, tras años de hiperinflación, dejó de ser confiable. Hoy, más del 60% de las transacciones se hacen en dólares en efectivo. Pero el Estado sigue imponiendo el bolívar como moneda de curso legal, obligando a los comercios a una ficción económica que los hunde.

El uso del dólar en la vida diaria no es un lujo, es un mecanismo de defensa frente a la destrucción del valor del bolívar. Sin embargo, cuando conviene al régimen, ese mismo dólar que aceptaban ayer, hoy es delito.

No es economía, es control

Este ataque a los comerciantes no busca estabilizar la economía. Busca castigar a quienes no se alinean. Busca miedo. Es una purga disfrazada de política monetaria.

Lo que está ocurriendo no es nuevo: cada vez que el poder económico se vuelve una amenaza al relato oficial, se criminaliza. Y hoy, ser comerciante independiente en Venezuela es más riesgoso que vender gasolina sin licencia.

La pregunta que duele

¿Quién sobrevive vendiendo con pérdidas diarias y con miedo a ser arrestado? ¿Quién invierte, produce o mantiene empleo bajo este modelo de extorsión?

              En Guayoyo58 lo decimos claro: esto no es política económica, es persecución disfrazada de ley.

Y lo gritamos con los que quedan: con los que aún abren la santamaría cada mañana sabiendo que pueden no volver a casa.

AUTOR: IVAN FARIA

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