
María Corina prende la chispa del cambio en Caracas
Mientras el pueblo se lanza a las calles, el gobierno responde con miedo y represión
Enero 11, 2025
Con un grito que retumba en el Ávila: “Llegó la hora”
El pasado 9 de enero, Caracas despertó diferente. Bajo la mirada eterna del Ávila, envuelta en su típica bruma y esperanza, algo se estremeció. Fue el grito firme, certero y venezolano de María Corina Machado, quien, tras semanas de silencio forzado, reapareció como quien sale de la oscuridad con el pecho encendido de patria:
“¡Llegó la hora!”
Y con esa frase, que retumbó desde Plaza Altamira hasta los barrios del oeste, se encendió de nuevo la llama que ni la represión ni el exilio han podido apagar. Con voz firme, convocó al pueblo a alzarse, no con piedras, sino con banderas, con camisetas tricolores y corazones en alto.
Tricolor en el pecho, libertad en la garganta
La cita fue clara: el 9 de enero, todos a la calle. Y Venezuela respondió. Desde antes que el sol se asomara, Caracas fue un río de colores. Camisetas amarillas, gorras azules, pancartas rojas. Desde jóvenes con sueños aún intactos hasta abuelas que han visto demasiados gobiernos, todos marcharon con un solo objetivo: hacerse escuchar.
Y aunque el miedo intentó colarse entre las esquinas con uniformes y armas largas, la consigna fue una sola: “No tenemos miedo”, corearon miles, mientras los colectivos rondaban como sombras sin poder apagar la luz del pueblo.
Operación Tun Tun: el tambor del miedo que ya no asusta
El régimen, fiel a su guion gastado, respondió como siempre: con amenazas. Activaron la temida «Operación Tun Tun», ese operativo que toca puertas en la madrugada, buscando sembrar pánico y silencio. Pero esta vez, el “tun tun” no asustó… se volvió tambor de guerra. Porque ya el miedo no paraliza; ahora moviliza.
La represión, en lugar de frenar al pueblo, sirvió de combustible. La detención arbitraria de activistas, las patrullas en las calles, y los apagones informativos no hicieron más que reafirmar lo que ya todos sabíamos: el gobierno le teme a la voz del pueblo.
La líder no se rinde… y el pueblo tampoco
La breve detención de María Corina fue una jugada desesperada. Pero la soltaron, como sueltan al fuego que no pueden apagar. Y ella regresó con más fuerza, con más fe, con más pueblo. Su sola presencia – rodeada de banderas, aplausos y lágrimas contenidas – recordó que la esperanza no se detiene ni se encarcela.
Desde Washington hasta Buenos Aires, la comunidad internacional levantó la ceja y el pulgar: Venezuela está de pie. Los ojos del mundo volvieron a mirar hacia acá, no por la crisis, sino por la valentía de un pueblo que quiere sacudirse la tristeza.
El sol está por salir… y no hay fuerza que lo detenga
El 9 de enero no fue un día cualquiera. Fue una señal de que el cambio no es un deseo: es una decisión. Es la certeza de que, aunque la noche ha sido larga y dura, el amanecer se está cocinando.
Hoy, mientras lees estas líneas, quizás con un café entre las manos, recuerda que no hay camino más sabroso que el de la libertad. Como reza nuestro himno:
«Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó».
Autor: Ivan Faria
Links de Referencia
El Pais: María Corina Machado busca el cambio en las calles de Caracas…
Crédito de la imagen: EPA-EFE/REX/Shutterstock. Imagen tomada de BBC News con fines informativos.